El equipo donostiarra sumó su cuarta victoria seguida en Liga y hunde al Celta de Óscar García que se sitúa un punto por encima del descenso pero podría acaba la jornada en puestos de descenso

Balaídos era testigo de la octava jornada de Liga en el encuentro entre un necesitado Celta de Vigo y la Real Sociedad, uno de los mejores equipos en este inicio de temporada. Tarde tormentosa en Vigo, igual que los últimos días en el equipo de Óscar García por la polémica al retirar la capitanía a Hugo Mallo y entregársela a jugadores cedidos o recién llegados como Murillo y Tapia. El partido era crucial para decidir el futuro del entrenador celeste ya que Marcelino García Toral podría tomar las riendas del equipo vigués en las próximas horas tras la mala dinámica del Celta consiguiendo dos puntos de los últimos 18 posibles.
El Celta comenzó el partido con un 4-4-2 como sistema donde Nolito acompañaba a Iago Aspas en la delantera. Protagonismo para gente del filial como Carreira y Fontán en los laterales. La Real Sociedad demostró que cualquier jugador de la plantilla es válido para jugar en el equipo de moda. Imanol Alguacil hizo rotaciones tras la carga de partidos de Europa League y Zubimendi y Guridi se adueñaron del centro del campo, ayudados por Silva y Oyarzabal.
Los primeros minutos de encuentro fueron de tanteo y predominaron las largas posesiones del equipo vasco pero sin ocasiones de gol. La Real Sociedad controló el centro del campo gracias a Zubimendi, que cumplió a la perfección el papel de enganche entre la defensa y la delantera. El Celta estuvo muy dubitativo en la salida de balón y le cedió todo el protagonismo de balón al equipo de Imanol, que buscaba balones largos a la carrera de Aspas pero sin éxito. Monólogo “txuri urdin” con protagonismo para el joven Barrenetxea, que se adueñó de la banda izquierda gracias a su explosividad y verticalidad.
En el minuto 25 llegaría el primero del encuentro cuando Guridi robó un balón en campo contrario gracias a la fuerte presión, desplazó el juego a banda izquierda donde Ahien Muñoz colgó el esférico y Silva remató de cabeza como un nueve puro, sin que Rubén Blanco pudiera hacer nada.

Los chicos de Imanol dominaron el partido en todo momento gracias a la seriedad y el rigor de todos los jugadores, especialmente de su centro del campo. El Celta se vio superado por el actual líder de la liga española en juego y ocasiones. Además, el gol revolucionó el partido y las ocasiones se multiplicaron en ambos equipos pero sin éxito de cara a puerto. Iago Aspas parecía una isla a pesar de estar acompañado de Nolito en la punta de ataque. El de Moaña realizó buenos desmarques pero sus compañeros no eran capaces de dar el último pase para encarar la portería defendida por Remiro.
Silva completó uno de los mejores encuentros en la posición de interior dotando de balones a la delantera. En el minuto 34, tras una buena jugada combinativa entre Silva, William José, Gorosabel y Oyarzabal en banda derecha, el balón terminó en los pies de Oyarzabal. Este definió frente a Rubén, que estiró la mano para mandar el balón al poste y el rebote cayó en las botas del capitán que aprovechó para marcar el segundo tanto. La banda derecha solo tuvo un protagonista y fue Gorosabel con grandes internadas, pero los centros no llegaban a los atacantes txuri urdin.
La segunda mitad arrancó con cambios en ambos equipos. Imanol Alguacil daba descanso a Oyarzabal pensando en el partido del jueves de Europa League y metía en la campo a Portu. Oscar García cambió el sistema pasando a un 4-1-4-1 y Nolito abandonaba la delantera para ocupar la banda izquierda. Los vigueses fueron a por el partido tras el descanso pero un error de Murillo fue aprovechado por Portu, que cedió el balón a William José para marcar a placer en el minuto 53 y poner el 0-3 en el marcador. El Celta bajó los brazos ante el dominio de la Real, que se mostró muy sólida en todo momento, demostrando porque es el líder de Primera División.

El gol del honor llegó de penalti tras una entrada muy dudosa de Le Normand sobre Brais Méndez. Iago Aspas fue el encargado de materializar la pena máxima en el minuto 75 y puso el 1-3 otorgando esperanzas a los hombres de Óscar. Aun así, todo fue un espejismo, ya que la fragilidad defensiva del Celta volvió a ser determinante. Portu, en una jugada calcada a la del tercer gol, cedió el balón al punto de penalti donde William José esperaba para introducir el balón en la portería del Celta consiguiendo un doblete.
Es la cuarta victoria consecutiva de la Real Sociedad que le permite colocarse líder de LaLiga con un punto de ventaja sobre el Real Madrid pero con un partido más que los hombres de Zidane. El Celta de Vigo prolonga su mala racha de resultados y marca la zona de salvación con un punto de ventaja sobre el Huesca. Podrían caer a puestos de descenso a la Liga Smartbank si el Levante logra la victoria en Granada.