El Etihad Stadium acogía el primero de los duelos del año entre Manchester City y Liverpool. Los dos equipos más en forma en los últimos años en Inglaterra medían sus fuerzas, aunque unos llegaban mejor que otros. Guardiola apostó con Gabriel Jesus en punta y Ferrans en banda, mientras que Klopp salía con todo arriba.
El inicio de partido fue el esperado, ambos equipos mostraban sus armas para llevarse el encuentro. Los ‘reds’ encontraban con facilidad la espalda de la defensa ‘cityzen’, pero Mané encontró un penalti en los primeros minutos del partido. El senegalés dejó atrás a Walker, y este le arrolló dentro del área. El encargado de lanzarlo fue la estrella egipcia, pese a que Ederson adivinó la intención, el lanzamiento de Salah acababa dentro para adelantar al conjunto de Jurgen Klopp.
El Manchester City no le perdió la cara al partido después del gol, Sterling se quedó solo ante Alisson, pero el inglés dudó mucho y el brasileño desbarató la ocasión. El juego de toque dio sus frutos a los ‘sky blues’. Una jugada muy bien trenzada acabó en los pies de De Bruyne, el belga filtró un gran pase y Gabriel Jesús con un gran control orientado definió para igualar el partido.
El conjunto de Jurgen Klopp empezaba a verse sometido por el dominio ‘cityzen’. De Bruyne empezaba a encontrar huecos. Un intento suyo de centro al área el balón impactaba en la mano de Joe Gomez, Pawson tuvo que acudir al VAR para confirmar la infracción. ‘El genio de Gante’ era el encargado de ejecutar el lanzamiento, pero para sorpresa de todos tiró el balón fuera. El empate se mantenía justo antes del descanso tras el error del belga.
El dominio de los pupilos de Guardiola se volvía a hacer notar en la segunda mitad, pero el Liverpool acechaba a la contra. Cancelo colgaba un balón al área que Gabriel Jesús cabeceaba cerca del poste derecho de la portería red. Klopp se encontraba con un contratiempo, en el minuto 60 Alexander-Arnold tuvo que abandonar el partido por un lesión muscular.
Los dos equipos daban todo sobre el campo, pero ninguno de los dos conseguía perforar la red rival. El empate se mantenía a falta de diez minutos, aunque los dos equipos empezaban a diluirse en el partido. Las energías se empezaban a agotar, ambos conjuntos chocaban continuamente con un muro que ninguno conseguía superar. Las piernas empezaban a pesar. Una segunda parte bastante negra llegaba a su fin con el empate entre ambos conjuntos.
La diferencia entre los dos se mantiene en 5 puntos, aunque el Manchester City tiene un partido pendiente con lo que podría reducir a 2 puntos la distancia. Una primera parte sobresaliente de los dos conjuntos y una segunda parte donde nadie encontraba desmarcarse en el marcador. Los dos favoritos al título firmaron las tablas en un encuentro de alto voltaje.