
A los sesenta años nos ha abandonado un hito del fútbol, El Diego. Qué bueno que viniste, Diego. Muchos no hemos tenido la suerte de verle en directo, pero si sabemos lo que nos han contado nuestros mayores, como si de una epopeya heroica de la Edad Media se tratara. El hombre que fue apodado como la Mano de Dios, el hombre que revolucionó el fútbol mundial. Porque en los libros siempre aparecerá el Mundial del 86, si ese, en el que pusiste tú solo el planeta a tus pies y al país argentino de pie. Como dijo el gran Víctor Hugo Morales: “Barrilete cósmico, ¿de que planeta viniste para dejar en el camino a tanto inglés, para que el país sea un puño apretado gritando por Argentina?”
Hoy desde donde escribo el cielo llora en forma de lluvia, pero desde mañana saldrá el sol recordando tu sonrisa en la cancha. En la que tu hacías todo más fácil, como si fuera una pachanga de amigos en que tu eras el dueño del balón y decidías si bajarlo o no, y de qué manera lo hacías, Pelusa. Hace justo 23 años y 1 mes que partiste varios corazones con tu retirada, pero hoy, 25 de noviembre será una fecha recordada por siempre en la historia del fútbol, porque su juego se acabó hace años, pero su legado será eterno.
Todo el mundo del fútbol se pregunta, ¿de qué planeta viniste?, pero lo que seguro que sabemos es que donde permanecerás siempre es en nuestros corazones. No te juzgo por lo que hiciste en tu vida, te amo por lo que hiciste con las nuestras. Eterno. Gracias, Eterno D10S. Descanse en Paz Diego Armando Maradona.