Muchos medios se hacen eco y nombran en sus periódicos a Kylian Mbappe o Olivier Giroud. No es para menos, están siendo los máximos goleadores tanto del combinado galo como del mundial de Qatar. El delantero del PSG suma cinco tantos mientras que el ariete del Milán lleva 3, con los que se convirtió en el máximo goleador en la historia de la selección francesa. Es normal que se lleven todos los focos estos dos jugadores, pero además hay otro que está haciendo un mundial más que notable con un trabajo no tan vistoso como el de Mbappe o Giroud. Hablamos de Antoine Griezmann.
Nuevo rol para Griezmann
Si en el mundial de Rusia que acabaron conquistando los franceses el 7 tenía un puesto en la delantera, en esta cita mundialista Deschamps optó por poner al delantero del Atlético de Madrid en una posición más atrasada. Ante la falta de jugadores creativos en este torneo para el seleccionador galo por las bajas de jugadores como Pogba o Kanté, el entrenador vio en Griezmann la figura clave para llevar a cabo ese papel.
Junto con Tchouameni y Rabiot, el delantero francés comparte un centro del campo trabajador y que tiene como misión ofrecer seguridad y creación de juego que favorezcan las cualidades de los extremos del combinado galo. Griezmann está cumpliendo con nota el nuevo rol que le otorgó su entrenador.
En el encuentro de octavos de final ante Polonia, el rojiblanco hizo un auténtico partidazo. Completó 100% de los regates que intentó, hizo un 5/6 en combinaciones largas completadas y realizó 4 pases claves.
Un trabajo no tan vistoso
Cierto es que la labor que desempeña en el terreno de juego el 7 francés no es tan vistoso ni se lleva los focos que se llevan los goleadores, pero el trabajo que realiza el jugador del Atlético de Madrid en todas las facetas del juego está a altura de los mejores jugadores.
