Francia llegaba a su segunda final consecutiva tras su victoria en Rusia 2018. Un triunfo que parecía ir a favor en cuanto a nervios y experiencia se refiere. Dos términos que en una final pueden jugar malas pasadas. 7 jugadores de los hoy titulares ya sabían lo que es saborear un Mundial. Los argentinos no, podía ser su única oportunidad en poder llegar a la cima del fútbol. Francia lo tenía todo de cara. La final era hoy. Los franceses estuvieron 80 minutos donde parece que no se habían enterado.
Deschampms señalado
Deschamps decidió que no era día de innovar. Su juego defensivo le había ido a las mil maravillas en este Mundial. Su 4-2-3-1, apenas modificado en el partido contra Túnez, no era motivo de discusión para el seleccionador francés. Deschamps estaba equivocado. Cada rival es un mundo, cada combinado tiene 26 jugadores para jugar de mil maneras, Deschamps parece no haberse enterado de eso. La presión argentina es la más asfixiante seguramente de todo el panorama futbolístico, dos centrocampistas más defensivos que ofensivos no parecen la mejor opción, para Deschamps sí lo fue, ahí está el resultado.
Francia era un manojo de nervios, Argentina todo lo contrario. Un equipo trabajado, explotando las virtudes de cada jugador al máximo. ¿Francia? A expensas de lo que Griezmann y Mbappé inventen. Un mal día se convierte en derrota. Primer rival que los pone contra las cuerdas, las costuras del combinado de Deschamps al descubierto. Un equipo hay que trabajarlo, tener un Plan A, un Plan B, C, D…, Mbappé y Griezmann no siempre pueden jugar. Deschamps ha quedado muy señalado. Mientras, Zidane llama a la puerta. Benzema lo está deseando.
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En el momento en el que la táctica pasó a un segundo plano y Mbappé se armó como líder del combinado, Francia empató. Deschamps había visto su equivocación, Dembelé y Giroud fuera en el minuto 40. El primero perdido, todavía no sabe que estaba en un Mundial. El segundo, medio lesionado, jugó, sin embargo, una final se debe disputar al 100%, Giroud no lo estaba. Kolo Muani y Thuram entraban, era el momento de destacar y lo hicieron. Ellos junto a Mbappé tuvieron a Argentina contra las cuerdas, solo el pie del ‘Dibu’ privó a Francia de la tercera, a Kolo Muani de ser el héroe. Los penaltis condenaron a Francia. Los penaltis condenaron a un Deschamps sumamente señalado. Sin embargo, no es el único.
Sin Griezmann no hay paraíso
El francés estaba siendo la estrella del combinado francés. Por él pasaban todos los balones, tanto ofensivos como defensivos. Griezmann creaba, Griezmann destruía, Griezmann hacía todo. Todos los rotos que se creaban en la selección francesa, el del Atleti se encargaba de arreglarlo. Todos los focos se los llevaba Mbappé, sin embargo, Scaloni sabía quién era el hombre a tapar. Desconectar del juego al ‘Principito’ era la clave para que toda Francia desapareciese. Ni una posibilidad de poder jugar entre líneas, ni una oportunidad de conducir para romper líneas. Griezmann estaba fuera del partido, en la final. Scaloni había conseguido su plan.
Dembelé, el misterio de cómo jugar todos los partidos sin hacer nada
El del Barcelona parece no haberse enterado de que estaba jugando un Mundial. 6 de 7 partidos de titular en los que muchos nos preguntamos, ¿Dembelé ha saltado al campo? En ataque desaparecido, malas decisiones, pases fallidos, en defensa perdido, llegando a destiempo, sin ayudas a Koundé. En definitiva, Dembelé siendo mas Dembelé que nunca.