Era un secreto a voces, pero finalmente ha acabado sucediendo. Fran Escribá deja de ser entrenador del Real Zaragoza.
Después de coger al equipo a mediados de temporada el año pasado y enderezarlo, hasta tal punto de tener opciones de entrar al play-off a falta de escasas jornadas para el final y hacer estallar la locura en la afición con el 3%, su aventura en el club maño ha finalizado hoy tras haber conseguido solo una victoria en los últimos diez partidos.
Pese a lo comentado anteriormente, el inicio de la competición fue muy prometedor al cosechar el liderato en la jornada seis. Sin embargo, a raíz del empate ante el Racing de Santander en casa el equipo comenzó a ser más irregular. De echo, una de las razones de su bajón, a parte del tema futbolístico, es su perdida de imbatibilidad en casa. La Romareda lleva sin celebrar una victoria de su equipo seis jornadas. Esto también se tradujo a los resultados fuera de casa, donde el elenco maño no daba la talla.
La situación se ha ido prolongado tanto que, si queremos ver la última victoria del equipo, nos tenemos que remontar al cinco de octubre. Desde entonces, solo tres puntos de veintiuno posibles y una eliminación copera frente a un Tercera RFEF como el Atnezeta. Esa derrota alteró del todo los ánimos de la afición, la misma que abucheó con contundencia a su equipo en el último partido contra la UD Huesca. El conjunto oscense ganó en tierras aragonesas a su máximo rival y eso, sumado al poco alma, coraje y valor que transmite el equipo, supuso el final de Fran Escribá.
A pesar de sus ganas de continuar, su destitución era un hecho irrevocable. La directiva le ha transmitido su total confianza durante este tiempo, pero sin resultados y culpando a los jugadores, así como no transmitir ni una pizca de ánimos a los suyos desde el banquillo cuando van perdiendo, no se llega a ningún sitio. Y hoy, tras catorce victorias, diecisiete empates y catorce derrotas, Fran Escribá pone fin a su etapa como entrenador del Real Zaragoza.
