El Real Madrid volvió a ganar a Baskonia en el segundo partido de la eliminatoria (101-90). El conjunto blanco, después de esta victoria, mete pie y medio en la Final Four de Berlín. Facu Campazzo recuperó la versión que tanto echábamos en falta durante las últimas semanas, completando una actuación espectacular (24 puntos, 7 asistencias y 4 rebotes; MVP del partido). Baskonia, por su parte, intentarán hacerse fuertes en casa, y por qué no, igualar la eliminatoria para llevarla a un hipotético quinto partido en el WiZink Center ante el Real Madrid.
Lección aprendida, pero eso es insuficiente
Los triples fueron una asignatura pendiente para Baskonia en el primer partido de la serie, y en este segundo la dinámica pareció cambiar desde el principio, también para el Real Madrid. Los primeros puntos de los azulgrana vinieron desde la línea de tres. Costello primero, y Rogkavopoulos después, se encargaron de poner el 0-6 inicial. Sin embargo, el Real Madrid asumió bien este primer golpe, y gracias a una entrada a canasta de Mario Hezonja, un mate Tavares y los cinco puntos de Campazzo, con triple desde la esquina incluido, completó un parcial de 9-0 para ponerse por primera vez por delante en el marcador (9-8).
Costello se emparejó con Tavares, pero eligió mal con quien bailar. El caboverdiano le taponó un triple, que sentó al Real Madrid como si el manotazo se lo hubieran dado a ellos y no a la bola. Esto activó a la grada e hizo que el equipo comenzase a espabilar. Los blancos empezaron a manejar el ritmo del partido y abrieron distancia en el marcador gracias a las transiciones rápidas (18-11).
La insistencia en el triple de los de Dusko y la aparición de Marinkovic pusieron el 18-19 tras un 0-8 de parcial. Marcus Howard entró por primera vez en cancha con este marcador, para ver como Poirier le ponía una chapa espectacular a Miller-McIntyre que el Wizink celebró eufóricamente. Pero el de New Jersey no salió con ganas de ser un espectador, y pronto abrió su cuenta particular con una canasta, a la que respondió Llull con un triple sobre la bocina para cerrar el primer cuarto (23-21).
Sergio Llull está en un momento muy dulce
El momento dulce de Llull continuó en el inicio del segundo cuarto, y anotó dos triples consecutivos más para volver a alejar al Real Madrid (31-24). En Baskonia la consigna era clara, seguir intentándolo con los triples, pero el único que los metía era Howard, que sostuvo a su equipo durante el arreón blanco.
La profundidad de banquillo: la historia de siempre
Los de Chus Mateo tuvieron más recursos, y jugaron a un ritmo muy alto, moviendo bien el balón, casi sin pérdidas y dominando en el rebote con un sólido Poirier. Dusko Ivanovic, que no le quedó otra que parar el partido, con una profundidad de banquillo menor, sólo se pudo aferrar a Howard y Marinkovic (10 de 20 en triples), que junto a los dos triples de Chiozza, acercaron a los baskonistas antes de acabar el segundo cuarto (39-37). Pero el Real Madrid siguió encontrando soluciones y controlando el partido, en este caso, de la mano de Campazzo, que con 14 puntos al descanso lideró a su equipo en el final de la primera mitad (46-40).
A la salida de los vestuarios las soluciones las intentaba encontrar Baskonia, aunque sin éxito. Campazzo siguió mandando en los blancos, que afrontaron con serenidad y buen hacer que los vitorianos no se terminaran de despegar en el marcador (58-54).
En estos partidos la pizarra es clave
La decisión de Chus Mateo, metiendo más fortaleza para dominar la pintura con Tavares y Yabusele, y dando la dirección de juego a Llull para liberar un poco al “Facu”, no tardó en hacer efecto. Yabusele corriendo a campo abierto y Campazzo volviendo a su versión anotadora con algún triple más, llevaron a los locales a aumentar su renta de manera considerable de una vez por todas (74-63). Una renta que el Real Madrid no tuvo dudas en seguir agrandando, hasta colocarse 89-66 (máxima del partido) casi sin despeinarse, gracias a las canastas de Deck y dos triples lejanos del “Chacho” Rodríguez.
Con este marcador tan abultado Baskonia ya estaba anestesiado y se fue del partido. Además, Dusko mandó una clara declaración de intenciones sentando a Howard quedando aún bastantes minutos de partido. A pesar de todo, la expulsión de Hezonja por protestar una falta no pitada, dio una pequeña esperanza a los baskonistas porque parecía que todavía se podían acercar a falta de más de tres minutos. Nada más lejos de la realidad, aunque acabaron maquillando el resultado (101-90) no evitaron la derrota. La próxima cita ya será en Vitoria, en el Fernando Buesa Arena: miércoles 1 de mayo a las 20:30h.